viernes, 4 de septiembre de 2015

Palabras sin huella

Aquella noche no pude dormir. Y sólo pensaba muy emocionada, todas las palabras, que le iba a decir. Pasaron los días y usted no llegaba, mis palabras ya secas, quisieron morir. Pasaron los meses, ¡que larga tu ausencia! y aquellas palabras, ya secas y muertas, el frío de tu olvido, las resquebrajó. Un día en la mañana, el viento soplaba desde mi ventana y de aquellas palabras, ni huella dejo. Verónica Treviño

2 comentarios:

  1. Nada hace más daño que las palabras que no se dicen cuando deberían haber salido.
    Un saludo, Verónica

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