domingo, 5 de julio de 2015

Un corazón de niño,la sombra del orgullo y el tiempo del adiós.



Olvidando mi altivez y evitando salir herida otra vez,
intento descubrir en dónde se perdió tu corazón.
Pues yo aún guardo en mi memoria las sonrisas,
las locuras,las gotitas de cariño que navegan por mis
venas alegrando dulcemente a este corazón de niño. 
Mi alma espera ilusionada aunque no recibe nada,
es entonces que mi cordura intenta hacer entender 
a mi corazón,
que hay almas que se extinguen en la sombra del orgullo 
y corazones que se endurecen con hielo del rencor.
Que aunque duela un mucho mi alma y se me quiebre el corazón,
que tu silencio sólo dice,que es el tiempo del adiós.
Verónica Treviño 

2 comentarios:

  1. A veces hay que rendirse a la evidencia del silencio, que suele ir asociado al final de una relación.
    Un saludo, Verónica

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