Y sin darte cuenta te quedas en el mismo sitio
enterrado como un árbol,con la falsa seguridad
de que ahí nadie te hará daño,es más grande el
temor a las heridas que tu deseo de amar.
Así se que sólo te conformas con el aire que
juega con tus hojas,ignorando que tarde o temprano
llegarán fuertes ventarrones a sacudirte por completo.
Es entonces cuando descubrirás,que podrán quebrarse
tus ramas,pero tu seguirás de pie.
Verónica Treviño

No hay comentarios:
Publicar un comentario